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Los que hablan al compás de la inteligencia y la literatura, dicen que
nunca una imagen valdrá más que mil palabras. Esta tesis se refuta con
imágenes que son poesía, que son verbo, que cazan al vuelo el más remoto de
los ‘soníos negros’ o el gesto más transmisor de un bailaor extasiado. Así
es Paco Sánchez, artista que esculpe palabras inefables con el guiño
automático y certero de su mirada.
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