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Gracias a Paco Sánchez, a su avidez por fijar el momento clave, hoy,
aquellos que pudimos gozar de aquellos tiempos irrepetibles, podemos volver
a tener la suerte de fijar nuestros ojos en la historia que ya pasó, pero
que volvemos a sentir, totalmente viva, porque él estaba allí, con el
hermoso objetivo dispuesto a captar el ¡ay! dolorido, el desplante singular
y la falseta crepitante de aquellos hijos artistas que, como él, nos dejaron
el pasado convertido en presente y futuro. |
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