|
Paco ha sabido hacerlo, ha ganado en el reto de atrapar eso que el
maestro Cartier Bresson llamó “el instante decisivo”, es decir, captar
primero y darnos después esa fugacidad eterna que puede encerrarse en un
gesto, en una mirada, en un desplante, en una esperanza soterrada o en una
alegría irreprimible. En fin, esas pequeñas cosas con las que se expresa la
vida. El flamenco nos brinda esos instantes, pero nunca sabemos cuándo
sucederá. Es preciso disponer de la maestría precisa para verlos, sentirlos
y atraparlos. Y es ahí donde reside la valiosa aportación de la obra de Paco
Sánchez a la iconografía flamenca. Supera la contradicción aparente entre la
quietud de la imagen y el halo de la vida que retiene. Lo que él nos ofrece
es siempre mucho más que una mera fotografía. |
|
|